28 de diciembre de 2012


Luis Aragonés: la leyenda más viva del Atleti


Luis Aragonés 
En la historia de un cualquier club de fútbol existen jugadores importantes, jugadores recordados, jugadores a los que se le estará eternamente agradecidos, jugadores que representan de la mejor manera el club y jugadores a los cuales su grandeza y amor por el club han convertido en auténticas leyendas. Estos últimos son los futbolistas que pasen los años que pasen formarán parte del alma del club.

Luis Aragonés Suárez representa a la perfección el término leyenda. Ha dedicado más de media vida alAtleti, a su Atleti, por el que tanto ha sufrido, por el que tanto ha peleado y al que tanto quiere. 

Zapatones¸ como era conocido en su época de jugador, se incorporó al club en el año 1964 como uno de los interiores derechas más goleadores del panorama futbolístico español. Poseía un juego y una visión que fue mejorando con el paso de los años. Llegó a ser un gran especialista en tiros de falta y en el lanzamiento de penas máximas desde los once metros. Tenía un potente disparo y se consagró como uno de los mejores futbolistas del momento.

Luis Aragonés puede presumir de haber vivido la época dorada del Atleti, puede decir que él formó parte de la historia más grande del club y por la cual el Atleti se le considera un grande de España. En su primera temporada como rojiblanco, Luis ganó la Copa del Rey y quedó segundo en el campeonato nacional pero al año siguiente, completaría la faena quedando primero y alzándose con el trofeo de la Liga.

Durante sus diez años en el club, Luis disputó 360 partidos y marcó 173 goles. A su vez,  consiguió otras dos Ligas y otra Copa del Rey. En la temporada 69-70 obtuvo el trofeo Pichichi que le acreditaba como el máximo goleador de la Liga. Este trofeo tuvo que compartirlo con su compañero de equipo Gárate y con el jugador del Real Madrid, Amancio Amaro tras quedar los tres empatados a 16 goles.

Fue el protagonista de uno de los momentos más grandes de la historia del club puesto que en el partido de ida que jugaban contra el Bayern de Múnich, Luis marcó un golazo de falta directa que ponía, momentáneamente, la Copa de Europa en las vitrinas rojiblancas. En el partido de vuelta, la dolorosa derrota por 4-0 dejaría a los rojiblancos sin el ansiado trofeo.

Tras una decena de temporadas en el club de sus amores, Luis Aragonés decidió colgar las botas con un gran palmarés a sus espaldas y con la denominación de ídolo para la afición colchonera. Cambió la elástica de jugador por el mono de trabajo de entrenador y, como no podía ser de otra manera, empezó en el club que le había visto hacerse grande como jugador.

Luis entrenó al Atlético de Madrid en cuatro ocasiones. La primera de ellas abarcó desde el año 1974 hasta 1980, alzándose con la Copa Internacional, una Copa del Rey y una Liga. Su segunda etapa duró cinco años que se desarrollaron entre 1982 y 1987 y en ellos consiguió otra Copa del Rey y la Supercopa de España. Entre 1991 y 1993 tiene lugar su tercera aparición en el banquillo colchonero ganando otra Copa del Rey más. Por último, en el año 2001 llega de nuevo al club cuando éste se encuentra en su peor momento, su segundo año en la segunda división española. Luis consigue sacar al equipo del infierno y devolverlo a la máxima categoría.

Por su fidelidad al club tanto de jugador como de entrenador, Luis Aragonés ha sido enmarcado como leyenda dentro del Atlético de Madrid. Lo ha sido todo en el club y lo sigue siendo porque el Sabio de Hortaleza  pasea orgullo rojiblanco allí por donde pasa. Jugadores como él son difíciles de encontrar en el panorama actual de fútbol  en el que el dinero y fama lo es todo. Para Luis había algo que le movía por encima de todas las cosas, su corazón eternamente rojiblanco.

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