28 de diciembre de 2012


Kiko Narváez: el arquero del doblete

Cuando se menciona el nombre de Francisco Narváez, Kiko a todo el mundo le viene a la cabeza la famosa celebración del arquero, esa que años después tantos y tantos jugadores han imitado a modo de homenaje a uno de los grandes del fútbol español.

Kiko pasó la inmensa mayoría de su carrera deportiva dedicado por y para el Atleti. Llegó al club colchonero en 1993 procedente del Cádiz y tras unos comienzos un poco irregulares, debido en parte a la inestabilidad sufrida en el banquillo del equipo, Kiko terminó explotando en su tercera temporada en la filas del conjunto del Manzanares.

Kiko Narváez
Esta tercera temporada coincidió con la llegada al club de Radomir Antic, técnico que más provecho y mejores resultados sacó del jerezano. Al mismo tiempo, esta tercera temporada coincidió con una de las más álgidas del club, se conquistó el Doblete de Liga y Copa del Rey. Kiko se convirtió, junto con nuestro futbolista anterior Simeone, en el alma de un equipo que firmó uno de los años más brillantes del club en lo que se refiere a juego, solvencia y determinación. Kiko, tras el gol anotado por Simeone, marcó el segundo tanto en el último partido de Liga contra el Albacete, que proporcionaba al Atlético la consecución del título de Liga y disipaba todos los fantasmas de que se escapara el campeonato.

Aunque era conocido como Kikogol, no destacaba precisamente por su promedio goleador ya que el año del Doblete tan solo marcó 11 goles, algunos de ellos con una gran importancia, y el año que batió su propio récord de tantos se quedó con la escasa cifra de 13. Era un jugador lento en carrea, pero rápido de movimientos. Era el número uno jugando deespaldas a la protería y cubriendo la pelota. Era capaz de dar passes imposibles a los compañeros con todas las partes de la bota incluso con lo ojos cerrados. A pesar de sus dotes de pasador, Kiko también sabía desenvolverse en el área y consiguió 48 goles en 224 partidos que disputó con la camiseta rojiblanca.

No era un delantero centro nato, de hecho solía jugar como segundo delantero o mediapunta por lo que esto explica sus medias goleadoras nada desorbitadas. Si bien es cierto, que esto lo decimos teniendo en cuenta los tiempos que corren puesto que con jugadores como Messi que anotan 50 goles en una temporada, los 13 de Kiko se antojan escasos, pero en la temporada 1996-1997, la media goleadora se situaba en los 20 goles por lo que tampoco anduvo exageradamente lejos.

Kiko jugó ocho temporadas en el Atlético de Madrid y en ellas se convirtió en un jugador muy querido para la hinchada hasta que en el año 1999, cuando el equipo peor estaba, comenzó unas negociaciones con el AC Milán que no gustaron nada a parte de la grada. Las continuas lesiones en su tobillo izquierdo frenaron esta contratación a mediados de temporada pero al final de la misma, Kiko abandonó el club.

A pesar de todo ellos, Kiko ha seguido haciendo alarde de su forofismo rojiblanco una vez dejado el club, lo que hace que todos le sigamos recordando como el arquero del Calderón.

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