2 de noviembre de 2012

Lección de amistad
Hay que remontarse trece años atrás para encontrar el origen de este galardón, concretamente al mes de abril de 1999 cuando la selección española de fútbol sub-20 conquistaba la Copa del Mundo en Nigeria. Por entonces, dos chavales que empezaban a despuntar comenzaban una amistad que han forjado con el paso de los años.

Xavier Hernández empezaba a destacar como ese gran centrocampista de la cantera azulgrana que con su talento y su calidad se iba estableciendo como un peso pesado dentro del vestuario nacional. Iker Casillas, quien en aquellos tiempos se veía relegado al banquillo partido si y partido también, no podía imaginar lo que, años después, sería para su club y mucho menos para esa selección que tantos éxitos iba a fraguar. Ambos representan la humildad, el trabajo, la ilusión y el sacrificio de este deporte llamado fútbol, cada uno lo hace desde el amor a unos colores diferentes pero siempre desde el respeto y la educación, cualidades que les han llevado a ser galardonados con el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes 2012.

Abrazo entre Iker y Xavi tras recibir el Premio
Simbolizan los valores de la amistad y el compañerismo más allá de la máxima rivalidad de sus respectivos equipos. Su comportamiento deportivo es un modelo para los jóvenes.” Así justificaba la presidenta del jurado, Arancha Sánchez Vicario, la imposición de la candidatura de ambos jugadores a la del comité paralímpico español. La deliberación de los integrantes del jurado fue ardua pero finalmente 11 votos a favor de los futbolistas por 7 a favor del comité arrojaron una estrecha pero definitiva victoria a los jugadores.

Cabe destacar que resulta curioso el origen de esta candidatura que fue presentada, ni más ni menos, que por el presidente de la FIFA, Joseph Blatter. Esto demuestra que la actitud llevada a cabo por Xavi e Iker ha traspasado las fronteras de nuestro país e incluso los altos cargos del fútbol mundial han percibido que la relación de los futbolistas representa valores cada vez más carentes dentro del fútbol. Los continuos enfrentamientos que han tenido lugar entre Real Madrid y Barcelona durante los últimos años en los que el nivel de rivalidad se ha incrementado hasta niveles incluso peligrosos, no ha hecho que la relación entre estos dos amigos se haya visto truncada, al contrario, ellos son los que han limado asperezas entre ambos clubes dejando constancia de que un mero deporte no va a acabar con años y años de amistad.

Con este premio se pretende ensalzar los otros valores del fútbol, valores a los que las personas, jugadores, directivos y las propias aficiones incluidas, no están acostumbrados a ver en este mundo que en los últimos años se ha vuelto más y más hostil. Se demuestra así que la amistad existente entre estos dos jóvenes va mucho más allá del equipo al que representan, que no hace falta pertenecer al mismo club para poder forjar una verdadera y duradera amistad que se extiende más allá de los terrenos de juego. “Son un ejemplo de juego limpio que es admirado por todos. Juntos han mostrado una actitud conciliadora que ha limado las tradicionales diferencias” apuntaba el acta presentada por el jurado.

El jurado del Premio Príncipe de Asturias ha querido así premiar unos valores que nunca antes habían sido premiados, unos valores muy importantes y necesarios para triunfar en cualquier ámbito de la vida. Bonita lección que una vez más estos dos grandes capitanes nos regalan.


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